El esfuerzo global está enfocado en
la vacuna. Si el planeta fuera un paciente, no le diría que necesita solo la
vacuna, porque no es solo el virus el
problema. Históricamente, con la llegada de pandemias los pueblos se hacían un
examen de consciencia, se preguntaban en qué han fallado, buscaban entender su
actuar y los mensajes de los dioses y rectificar sus caminos. Usaban el
“con-siderar”, en su etimología es un amplio pensar con el espacio sideral.
Buscaban entender los eventos estudiando las estrellas, los ríos, montañas, los
sabios y las escrituras sagradas.
Quizá debiéramos detenernos a
ver el calentamiento global, se nos acerca un futuro muy incierto, venimos
deforestando, las especies animales están desapareciendo, plastificamos los océanos,
la obesidad y cáncer nos golpea a muerte, la comida nos envenena, muchos investigadores han observado que
lugares donde ha iniciado esta pandemia con particular fuerza son zonas muy
expuestas a contaminación electromagnética, donde además tratan a los animales
con extrema crueldad, o se practica un capitalismo inhumano, la lista es larga y poniéndolo en perspectiva
el virus pareciera un mal menor.
En la China mi profesor me enseñó
que no se debe de confiar en una fórmula herbolaria que tenga menos de 400
años, porque no hay suficiente evidencia clínica de su eficacia o seguridad.
Ahora, esperamos que llegue una solución inyectable en menos de un año.
Mientras que otras medicinas son censuradas, porque no hay evidencia.
En los años 150 de la dinastía Han,
Zhang Zhong Jing fue un médico golpeado por una pandemia que diezmó a su
pueblo, perdió a casi toda su familia, y el país quedó en escombros. Era un
maestro confucianista y taoísta, como riguroso hombre de ciencia observó con minucia
día a día como evolucionaban los síntomas de los pacientes hasta su fatídico
final. Dedicó su vida a elaborar un cuerpo de conocimiento plasmado en un
sistema de herbolaria para afrontar pandemias, el Shan Han Lun. 伤寒论。 La china antigua ha tenido dos
grandes enemigos las hordas de mongoles para lo cual construyeron el muro, y
las pandemias para lo cual elaboraron el célebre tratado del Shan Han lun.
Lo interesante es que hay una fórmula
herbolaria no para una enfermedad, ni para tal pandemia particular, pero una
serie de recetas para cada una de las seis etapas o conformaciones de una
enfermedad infecciosa. Para el día de
fiebre leve unas opciones de recetas, otras para el día de fiebre alta con
sudores, unas alterantivas para cuando alterna fiebres y escalofríos, y otra para
casos de frio extremo y colapso total. El tratado tiene sutileza y minucia para
ver cómo se transforman los síntomas y evaluar cómo intervenir correctamente en
cada caso y en cada instancia. Se suma el hecho que en la dinastía Tang en los
años 600, viene Sun Si Miao y comenta esta escritura canónica, agrega una variante de una hierba más o menos
cuando se presenta tal síntoma, luego en la dinastía Sun año 1180 viene Li Dong
Yuan, y dedica su vida a interpretar un solo apartado del Shan Han lun, el
capítulo de la digestión, analiza y
discute con todo un linaje de maestros que le anteceden, no cambia la teoría,
la perfecciona y elabora, pero el método y la filosofía es en esencia el mismo.
Es interesante ver cómo los grandes maestros
de medicina china comentan textos clásicos, como si no existiera el tiempo,
debaten y discuten entre sí de un siglo hacia el otro. Estas seis etapas de la
progresión de la enfermedad aguda, son también visibles a lo largo del curso de
una vida en su largo camino hacia la muerte, la falta de vitalidad va avanzando
con la edad, y la misma metodología es válida para enfermedades crónicas, que
son también dinámicas. No se dirige a enfermedades especificas vas más allá y
contempla corregir síndromes de estratos energéticos con medicinas selectas
para cada caso.
En la
medicina alopática, con suficiente esmero y dedicación se puede llegar lejos
estudiando los textos disponibles de forma autodidacta. La medicina China
requiere de una tradición de maestros, escrituras sagradas, asimilar la
filosofía del cosmos y el hombre, un linaje de conocimiento que se respete y
honre profundamente, al igual que los hermanos, las montañas, ríos y
océanos.
En
mandarín la palabra Bian Hua 变化, quiere decir cambio. Pero solo Bian 变 es cambio y Hua化 también es
cambio, pero son cambios diferentes. Bian es un cambio, como decir me cambio de
zapatos, y Hua es un cambio que implica transformación, como las estaciones,
como el hielo se transforma en agua y vapor, para salir de esta crisis
necesitamos un cambio Hua 化.